jueves, 5 de febrero de 2009

El estudio

Por el estudio el Alma adquiere los conocimientos que otros hombres le transmiten. Pero lo que muchas Almas buscan realmente es el conocimiento de sí misma, de su origen, de su destino; anhela un saber que está mas allá del meramente intelectual, que sea alimento para sus anhelos interiores, que sacie su sed de plenitud espiritual: busca la Enseñanza.
El hábito del estudio presdispone la mente y el corazón para la percepción y la inteligencia de las verdades divinas. Pero la Eseñanza, aquella que es fuente de saber, se revela al Alma desde su interior, actualizada por la experiencia viva de su realización espiritual.
Las Almas esperan y anhelan la Enseñanza, pero mientras la buscan en los textos olvidan que no hay comprensión definitiva fuera de la vivencia de la Enseñanza en sí, hecha vida por la práctica.
Solamente el Alma que está dispuesta a realizar las verdades divinas a traves de su esfuerzo y su propia experiencia, a conocer la verdad y el error discerniendolos de su realidad interior y no de lo que le dice el vecino, recoge frutos de Verdad.

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